Cinco discos Iberoamericanos de los 60s.
Los Teen Tops - Teen Tops (1960)
Si bien históricamente Los Locos del Ritmo fueron el primer grupo de rock and roll en grabar un LP en español (1958) la fortuna le sonreiría a los Teen Tops para que fueran los que lograran la mayor proyección internacional.
En mayo de 1960 graban su primer sencillo en 78 RPM donde venían versiones en español a canciones que Little Richard y Elvis Presley ya habían hecho famosas: La Plaga (Good golly Miss Molly) y El rock de la cárcel (Jailhouse rock). Meses más tarde aparecerá este primer LP con traducciones de clásicos del rock lo bastante inteligentes para empatar con el lenguaje de esa época: una extraña dualidad entre rebeldía e inocencia. Muchos podrán no estar de acuerdo con la importancia de ese disco, precisamente porque contiene covers (sería hasta su segundo disco donde aparecerían algunas canciones originales), pero no olvidemos que el primer disco de The Beatles también estaba plagado de versiones a clásicos del R&R de los 50s, la norma de esa época.
Se habla de un antes y después de los Teen Tops en el rock en español. Miguel Ríos, el pionero del rock en España considera este disco una de sus influencias primarias. No olvido una entrevista con Charly García donde expresaba que Enrique Guzmán y los Teen Tops pusieron literalmente a bailar R&R a los argentinos, lo confirmo cuando escuche al sobrevalorado Calamaro cantando “Johnny B. Good” una versión de los Teen Tops.
Esquivel! - Latin-Esque (1962).
Por años la experimentación sonora era cosa de los académicos de la música: Stockhousen y sus trabajos con la electrónica, la música concreta o la acusmática, eran plasmados en los grandes estudios que las radios públicas o las universidades ponían a disposición de los teóricos, pero poco a poco esto fue saliendo de esos círculos para llegar a un público más interesado en “pasarla bien” que en teorizar gracias a la bonanza económica de la postguerra.
El futuro se hacía presente de forma palpable en los equipos de alta fidelidad caseros. Cualquier bachelor pad podía ser la envidia de más de un ingeniero de la NASA. En ese ambiente de tecnología es donde Juan García Esquivel entra en escena con su pop de la era espacial, el cual llegaba a las masas incorporando canciones tradicionales de México y Cuba para darle un tono de exotismo que convive con los sonidos de la carrera espacial como piezas claves. Esta vez el estudio de grabación es un instrumento más, al igual que lo puede ser una guitarra o un piano.
Este disco es la etapa máxima de la carrera espacial personal en la que Esquivel compite, y su bandera se colocara en planetas como Stereolab, Pram, o Broadcats entre otros. Ensoñaciones de un futuro que nos paso de largo.
Stan Getz y João Gilberto - Getz/Gilberto (1964).
Todo un clásico en el mundo del Jazz y el Bossa Nova, donde además del saxofonista y el guitarrista que le dan el nombre, el disco cuenta con un par de estrellas que el tiempo hará brillar con luz propia: las letras y composiciones de Antonio Carlos Jobim y la voz de Elis Regina. Esta ultima originalmente no iba a cantar la que es actualmente uno de los estándares del bossa nova más utilizados en el mundo: “La Chica de Ipanema”.
El disco es la consagración del bosa nova en otros países, dejando de ser algo exclusivo de Brasil y saltando fronteras. Hoy en día pocas bandas de jazz pueden decir que no han tocado alguna vez un bossa. En estos días que tanto se habla de “cross-over” y entrar en el mercado anglosajón, este grupo de brasileños y su música fueron tan geniales que lograron que gente como Stan Getz, ya con un nombre en la música, pusiera sus oídos en esos ritmos. Si tienen la oportunidad de apreciarla en un disco de vinil y con un buen estéreo van a notar detalles e instrumentaciones que los harán pensar que han llegado al paraíso. Es un disco para escucharse en pareja, y así como dicen que el amor es un lenguaje universal, este disco es una buena traducción.
Raphael - Digan lo que digan (1967).
Alaska ha cantado a dúo con él, su versión de “Amanece Tan Pronto” de los Héroes del Silencio supera con creces a la original. España lo ve con la nostalgia de cuando fueron Ye-Ye, en fin Raphael es y ha sido el modelo a seguir para generaciones de baladistas que han venido y vendrán, pero él sigue siendo irrepetible.
“Digan lo que digan” es un gran disco por temas como “Mi gran noche” o la que le da el titulo. Platicando con un amigo, muy melómano también, sobre quién era más importante en los 60s, el insistía en que José José, pero sus éxitos son en los 70s, y aun así Raphael ya estaba ahí como leyenda. Posiblemente Sandro igualaba ese magnetismo en los 60s, pero su epítome lo limita a América, sin embargo Raphael ha batido records de ventas en sus conciertos y de discos en el mundo, algo que pocos músicos han logrado, convirtiéndose en un cantante universal.
Hace algunos años mi madre me pidió que la acompañara a verlo, a regañadientes lo hice y no me arrepiento de la decisión, en escena es un huracán que hace a las mujeres delirar aun con sus ademanes, una especie de Morrissey hispano. Digan lo que diga a Raphael le importa lo que piense la gente, a cinco décadas de seguir en la música él sigue siendo aquel: Raphael
AA/VV – Tropicalia : Ou Panis et Circencis (1968).
Este es el manifiesto musical del tropicalismo, un cocktail de ritmos que buscaban llevar la psicodelia del rock a elementos más tradicionales de Brasil como la bossa-nova, la poesía y el fado portugués. El nombre fue adoptado por Caetano Veloso, con lo que también comprometía a los músicos que se adhirieron al movimiento a que la música no fuera ajena a las revoluciones artísticas y sociales que se generaban en Brasil. El disco es un muestrario de los artistas involucrados en el movimiento, y estoy seguro que a más de un lector les será conocido alguno de ellos: Gilberto Gil, Caetano Veloso, Tom Zé, Nara Leão, Os Mutantes, Gal Costa.